Cuando llegas a un sitio nuevo, donde no conoces a nadie siempre te temes lo peor. En mi caso era llegar a Roma, estar buscando piso durante un mes y finalmente, al no haber opcion, tener que meterme en una casa con unos punkis. Me imaginaba una cocina con platos en el fregadero que llevaban ahi desde los anteriores inquilinos. "no quites el plato de abajo de la pila, el verde, lleva ahi desde antes que llegara yo" me decia uno de mis compis. Tambien pensaba que no conoceria a nadie y que me pasaria el dia hablando por telefono con Espanha, contaria los dias para volver y me volveria un paranoico como Robinson Crusoe.
Cuando llegas a un sitio nuevo tienes una extranha sensacion de nausea. Te duele la tripa, no tienes hambre y nada de lo que haces te acaba de poner contento del todo. Es una sensacion desagradable que se va al de unos dias, estas todo el tiempo repitiendote "mierda, pero que he hecho, por que me fui, con lo bien que estaba yo el anho pasado..." Por suerte suele ser temporal y al cabo de un mes tienes la respuesta de por que te has ido. Esta puede ser tan simple como volver de fiesta en Chicago en un taxi con 8 personas hacinadas mientras por tu ventanilla ves la torre Sears de noche, Entonces entiendes por que te marchaste.
Siempre es lo mismo, Santiago, Londres, Barcelona, Chicago, San Paulo... la misma sensacion desagradable al cambiar de ciudad, pero al final siempre sale bien. La primera vez que me paso fue cuando naci. Entonces yo pensaba "jo, que rollo, voy a salir ahi fuera y no conozco a nadie" pero en seguida el medico me presento a mi madre, nos caimos bien y desde entonces todo ha ido fenomenal.