El mejor Capuccino

Despues de un largo proceso de deliberación aqui esta la lista con los cinco mejores lugares para tomarse un capuccino:

5ºPuesto. Café Castroni. Calle Otaviano esquina con Via Germánico. Debido a que en mi piso no tengo cocina he tenido que investigar por el barrio en diferentes lugares para desayunar. Un dia vi que mi casera, la Signora Alessandra entraba a este lugar; desde entonces el café Castroni me reserva cada dia un cruasán relleno de chocolate y un capuchino grande. La calidad es excepcional, pero tambien pudiera ser que siempre me levanto con hambre...

4ºPuesto. El café de la mensa de Economia. Este lugar no destaca por su calidad pero si por el ambiente. En el comedor universitario (mensa) de la facultad de economía cada dia se reune lo mejor de los Erasmus. No es solo un lugar para comer sino tambien para hacer tertulia. Los primeros que salen de comer se sientan y se les van uniendo mas personas a la mesa hasta que se forman grupos enormes. Los mas tardones, los que entran a comer a las 14.59 son los ultimos en incorporarse.

3ºPuesto. Gran Café la Cafettiera. Cerca del templo de Adriano. El café es bueno pero lo mejor es el sitio. Por 2,60 euros te estás toda la tarde en unos salones que parecen sacados de la revista Nuevo Estilo. Muy buena relación calidad precio. Ideal para llevarte los apuntes o algo para leer.

2ºPuesto. Café San Eustachio. Plaza San Eustachio, cerca del Pantheon. 3€ sentado 1€ de pie. Dicen que es el mejor de Roma. A mi me parece bueno, pero el mejor...La primera vez que fui pedí un capuccino y me trajeron una cosa que era como un colacao pero que parecía que le habían echado azucar. Obviamente la camarera debio de equivocarse. La segunda vez me costó encontrarlo... mucho... pero estuvo bien porque acompañaron al cafe con unos bombones muy ricos. Para mi no deja de ser un sitio especial por eso lo pongo en segundo lugar. Se pronuncia San-Eus-Ta-ki-o.

1ºPuesto y Sugus de Oro a ... La tazza d'Oro. Plaza del Pantheon. 0,9€ de pie. Es el mejor. Sin discusión. No hay sitio para sentarse pero da igual. Allí el capuccino sabe a otra cosa, es otro nivel. Lleva a alguien a quien no le guste mucho el café y acabara aficionandose... para siempre.